Imagen de juventud y aparente felicidad
o, por lo menos, de irresponsable alegría,
que regresa terca a la memoria,
aun recordando que casi todo fue mentira.
Ni viejos, ni jóvenes, pero sabiendo
que engañarnos, que repetir la farsa, era lo único,
lo más digno que quedaba de nosotros.
Vodka transparente, tus ojos oscuros,
entreabiertos, mientras te desnudaba,
el crujido de la cama y la copa rompiéndose.
Luego, medio dormido, te recuerdo salir
desnuda, bajo la temblorosa bombilla,
luz verde, escasa, sobre los árboles y la piscina,
sombra en la sombra y un golpe en el agua.
Estruendo de palmeras y pájaros chillones,
mientras beso en tus labios gotas calientes,
tu pelo húmedo, la caricia de tus dedos.
Nuestros dos cuerpos juntos, los que ahora llegan,
actores sin trabajo, estandartes inútiles,
derrotada ficción en la guerra del tiempo.
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