¿Podrás romperlo? Yo sé que no. ¿Y si no tú, quién podría? Nadie. Día a día un millón de mundos se borran de la faz de la tierra y las memorias. No hay drama.
Y en un descuido se asoma tímido y trémulo el reflejo de mi alma en este mar de letras. Cuna de mi descanso y mi tortura: literatura.
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