lunes, octubre 30, 2006

Batalla perdida
















No te esfuerces más, vanos son tus intentos por resistirte. No es posible calmar la angustia con palabras, con pataleos, con recuerdos; enfréntalo, son sueños ya caducos, puestos tiempo atrás accidentalmente en un rostro inadecuado y sanguinolento, el del error, el de la desesperanza.

Yo sé lo que estás pensando. La derrota trae consigo la condena a un tomento perpetuo y devastador. Yo lo sé. Pero algún día comprenderás que hay veces en las que no hay de otra opción.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las palabras pueden ser dolorosas, llenas de espinas y egoistas.

-Cecilia-