Mentira que el pasado no existe; yo lo veo cuando me miro al espejo, cuando camino por los pasillos y encuentro en las miradas, un recuerdo. Mentira que todo acaba. Damos la espalda a lo que fue, eso es cierto, pero eso es por mera apariencia, por mera cobardía. La realidad es que todavía compartimos el mundo y las palabras, y las sonrisas, a veces.
Y sería falso pretender que todo fuera como fue; los moldes también se rompen. Por ello temo, al escribir, que entre líneas se plasme una esperanza, una ventana que lleve a ninguna parte, que active las ganas siempre inútiles de aferrarnos a una sola manera de ser.
Disfrazar al pasado de eterno sería corromperlo, pero enterrarlo es destruirlo. Sólo hace falta un lugar para que las cosas no floten, indefinidas en su negación. Llego la hora de dejar descansar a los fantasmas, y por qué no, de paso salvar a los mortales.
Y sería falso pretender que todo fuera como fue; los moldes también se rompen. Por ello temo, al escribir, que entre líneas se plasme una esperanza, una ventana que lleve a ninguna parte, que active las ganas siempre inútiles de aferrarnos a una sola manera de ser.
Disfrazar al pasado de eterno sería corromperlo, pero enterrarlo es destruirlo. Sólo hace falta un lugar para que las cosas no floten, indefinidas en su negación. Llego la hora de dejar descansar a los fantasmas, y por qué no, de paso salvar a los mortales.
1 comentario:
Wow! Me he quedado sin palabras... hermoso, lo sentí.. especialmente la ultima linea.
Un abrazo
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