Le escribo a usted, entonces, puesto que un alma entregada a su propia nada, no tiene otro recurso que la imbécil gimnasia literaria de expresarla.
-El desesperado, León Bloy
(Confieso haberle robado la cita a JuanMa, no he leído su fuente originaria, pero es buena, ¿no?)
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