domingo, julio 20, 2008

Adornos

Pero el problema es cuando nos acostumbramos a adornarlo todo y aun el vómito en el pelo cierta poesía guarda. Pasa el tiempo y en un momento dado queremos desnudarnos, pero ya hemos olvidado cómo, y no porque seamos otros, no porque no seamos nosotros, sino porque todo está mezclado, nuestros deseos, miedos y proyecciones, todo, como barras de plastilina deformadas en una sola masa multicolor. Quizás lo ingenuo sea seguir buscando el color originario, creer que algo subyace detrás de todo adorno.
Pensar que apenas tengo veintiun años y ya me siento maleada por el tiempo y los disfraces. Pero qué bah, si desde que nacemos estamos angustiados. Aunque tal vez no debería de hablar en plural.

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