sábado, febrero 16, 2008

Sin culpas

Merece aligerarse la carga en el derecho a la humanidad, a la rabia, al malestar. Merece aligerarse en la aceptación, en el llanto, en el error. No soy ni seré la fronesis ni el perdón; no seré la paz ni la gloria, no seré el temple, no el orgullo maternal, no la eterna comprensión. Seré tan sólo lo que soy, donde estoy, afectación, un eslabón doloroso, una esperanza que muere y un temblor.

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