Y no quieres acercarte mas te acercas, a ese mundo oscuro que hiciste tuyo pero que desconoces, donde sólo unos labios valen las palabras, donde sólo unos labios que no son nada. Y quisieras resistirte a él y ser la conquistada, y quisieras decir que no y que no pero no tienes la fuerza, porque cómo, cómo negar tu único hogar, el único cálido lecho que se queda quieto aunque siempre se comparta. Y te miras al espejo y te extrañas, te extrañas bella, te extrañas poderosa. Y te miras en mis ojos y los tuyos tiemblan en rabietas, «tú qué sabes, tú qué sabes, calla». Y es la misma espiral de fuego que nos persigue, brincando de rostro a rostro, hasta la reconciliación de los abismos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario