Quiero nada y al querer nada quiero todo, porque no hay algo que no se pronuncie como nada, porque todo es nada, y en la nada no hay límite, ni principio, ni final.
Quiero por tanto, todo. Quiero todo y me ahogo en ganas, quiero todo porque obtengo siempre nada al obtenerlo todo, por qué no sé sino convertirlo en nada y entre nadas es fácil quererlo todo.
3 comentarios:
Queerlo todo... suena a normalidad femenina.
Querer todo es perderse en la nada y conformase con ella, pero nunca los estamos, siempre queremos mas no ? Sin querer todo que chiste tiene la vida ?
Ceci
Tramposa; juegas a la paradoja. Todo lo obtienes al quedarte sin nada.
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