Y razones hay de sobra para contener las lágrimas, porque lo más íntimo se ha convertido en un pequeño castillo de cristal, porque hay miradas que no perdonan, porque pocos amigos saben abrazar, porque las palabras son cuchillos y la poesía un puente infinito de dolor. Por todo eso y más, hay razones de sobra para contener las lágrimas, porque mi llanto es el tuyo y no soporto verte llorar, porque la fuerza y el bienestar son virtudes de sobra pregonadas, porque el juicio está a la orden del día, porque de nada sirve decirlo, porque carece de estilo. Por todo eso y más hay razones de sobra para no llorar.
Pero si no lloro aquí dónde.
Dónde.
Sólo quiero un lugar para llorar
y sanar.
Pero si no lloro aquí dónde.
Dónde.
Sólo quiero un lugar para llorar
y sanar.
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