martes, marzo 13, 2007

Ritual en Taxco - Juan Luis Panero

Pueril, sin duda, y también memorable,
aquella perdida intensidad de estar vivos,
vacía la botella, las manos temblorosas,
mirando en la ventana estrellas encendiéndose.
El acero brillante, plateado en tus manos
-afilada la hoja y el largo mango negro-,
rasgando como un pez el agua transparente,
cortando las muñecas, hiriendo nuestras pieles.
Dos rastros de sangre y rápidos remedios,
pañuelos y toallas, mientras nos besábamos,
suicidas literarios jugando con la nada.
Por supuesto, esa historia fue otra farsa más,
otra escenografía para olvidar la vida,
para elegir, tú y yo, la máscara más tópica,
el ritual conjuro del amor y la muerte.
Pero alguna vez regreso a aquellas horas
con el hambre de un perro perdido en el invierno,
y me acerco a tus labios, sin saber si aún existen,
buscando entre tus dientes aquel calor extraño.
La muerte no llegó, sin embargo allí reina,
contemplando impasible, diosa de piedra gris,
los dos cuerpos dormidos en su pesado abrazo,
nuestros cuerpos solos, rostros sin mirada,
y unas gotas de sangre en tu mano y la mía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bonito !!!!!mi poeta.

Saludos desde rio

Cecilia