jueves, junio 08, 2006

Mundo autófaga

Mareada, seducida por las puertas infinitas a mi alrededor; caminos que ya me sé, caminos que nunca quise cruzar o que crucé mil veces hasta sangrar los pies, y ahí están, punzantes.
Nadie soporta a este mundo tan abierto, este mundo que se cierra a sí mismo por temor a devorarse, y en el intento se devora. La herida es demasiado profunda, demasiada grande para ignorarla; el aire la ha infectado, la secreción escurre obscena, placidamente por los pliegues del tiempo y la memoria, y duele.
Estoy perdida en el exceso de la posibilidad. Cachorra o hembra mamo al mundo, bebo salvajemente de su interminable néctar y me ahogo en él. Maldita sea me ahogo en él.

No más, un solo camino. (¡Cierren las puertas y ventanas, cierren las piernas y los ojos!) Un camino y a la verga; que el mundo autófaga se las arregle solo, tampoco puedo hacerme cargo de todo…

1 comentario:

Canek Zapata dijo...

El suelo de agudos cristales, faquir de secretos extraños. una Añoranza de sentir lo que deberia ser sentido. Recurro a la saliva para aliviar mis pasos. Pero es el peso propio lo que no me deja descanso. Las palabras en las que me cargo. Que me llevan como idea, trasnochado. Y que si nos queda solo fundir los escombros y moldear a soplo de nuevo todo lo nuestro. Y que. Si ya solo quedamos como mancha de sangre tras nuestros pasos. Que paso aqui?. Solo un destino humano. Que paso aqui?. Yo no lo vi.