Los días caen como capas de tierra sobre nosotros y nos vuelven torpes, inmóviles. Cada vez es más fácil inventar la historia con su sabor podrido y hablar del pasado como una sombra falsa y del presente como agua y del futuro como un sueño ingenuo que nunca ha de ser.
El lúdico rencor distorciona tu imagen y te saca los ojos, a costa de mi bilis y mi llanto. Se nos ha brindado el don divino para desmembrar la vida (y la desmembramos); hemos de morir poco a poco y hasta la muerte.
Quisiera rescatarte del borroso pasado del que emergen mis sueños, quisiera sacudirme la tierra y salir a bailar con el son amenzante de la incertidumbre, recordar que me quisiste y en un destello de malicia hasta develar tu infortunio y publicar tus poemas con mi nombre entre las líneas. Porque ese eres tú, el que ama y sufre; porque esta soy yo, la que escribe y rememora.
Y tal vez así es como juega la memoria con nosotros, con proyecciones de un vacío compartido, con destellos de vida. Fuimos y por eso somos, aunque no queramos, aunque estemos tan obstinados en morirnos en el otro.
2 comentarios:
"salir a bailar con el son amenzante de la incertidumbre "
podria ser en una fogata?
saludos ;)
los dias caen sobre nosotros como capas.. como capas la memoria misma.. para pelarla lloramos.
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