Basta. Hoy no quiero esconderme detrás de la poesía y conquistar los recintos de tu piel con el verso inocuo que me desquicia. No quiero deslizarme por tu cuerpo -esa parte frágil en mi conciencia- y beber, ávida, del néctar que no poseo.
Basta. No hace falta ese refugio que alberga la cálida intriga, la aniquilante espera. Sé que en las tardes de frío te recuestas en mi pecho y me añoras en la oscuridad de tu cuarto, lo sé; sé que compartimos la dulce melancolía de lo que no puede ser, y que me quieres cuando me dices que no.
¡Pero ya basta! ¡Basta de juegos vanos! No quiero ser oportuna, sino eterna, no quiero entenderte con cristalinos ojos y callar como quien espera la muerte.
¡Arráncame ya la esperanza, deja de regalarme sueños y escapar! ¡Basta ya de buscar el edén entre la sangre!
Basta. No hace falta ese refugio que alberga la cálida intriga, la aniquilante espera. Sé que en las tardes de frío te recuestas en mi pecho y me añoras en la oscuridad de tu cuarto, lo sé; sé que compartimos la dulce melancolía de lo que no puede ser, y que me quieres cuando me dices que no.
¡Pero ya basta! ¡Basta de juegos vanos! No quiero ser oportuna, sino eterna, no quiero entenderte con cristalinos ojos y callar como quien espera la muerte.
¡Arráncame ya la esperanza, deja de regalarme sueños y escapar! ¡Basta ya de buscar el edén entre la sangre!
4 comentarios:
Eter na
Gracias por tu visita :), tiene algún tiempo que sigo tu blog, pero en cada post me dejas como cuando tienes mucho frio por adentro...mucha empatía supongo. Saludos
¿Cuando suficiente es suficiente?
Saludos
Seamos realistas: ¡Pidamos lo imposible!
Besos.
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