lunes, diciembre 20, 2004

Evocarte

Evocarte no es difícil. A cientos de kilómetros te seducen colores distintos a estos. Diferentes son las sonrisas, distinto el escenario, y sin embargo; evocarte no es difícil. Pensar en ti, con versos y blasfemias, conmigo o con ella, no es difícil.
La diversidad se hace posible en la fantasía, pero aun en un infinito de ilusiones -amadas o quemadas-, la quimera sigue en este delirio, contenida en la esfera translúcida que algunos llaman alma y otros hipocampo; pues es ahí donde se alberga la memoria.
Presa, presa aquí, lejos de ti, en esta locura punzocortante que me fastidia. Y entonces cargo con este infinito y cargo lágrimas y bisurtería, y entonces caigo, pues entre todo te cargo a ti y de repente te amo y de repente recuerdo que tú estás lejos y te evoco.

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