domingo, agosto 29, 2004

Aquél sillón

Mueren los minutos y el sillón traicionero permanece quieto, como si disfrutara la función. Aquél sillón donde estuve ayer, al que inevitablemente vuelvo hoy a ejecutar mi condena. Y en su inmovilidad se percibe el truco viejo del tiempo: nada pasa en realidad pero en la mente pasa y cambia. Todo. Nada. Todo. Nada. Ruleta rusa. Pasa una brisa y oxida el aire. Brinca una chispa y quema. Pero al final es sólo el significado de la vida; y ves la vida, y no se mueve...
(Seguro hizo complot con el sillón.)

No hay comentarios.: