miércoles, junio 11, 2008

Oscarajo, Oscarinho.

Todo comienza con el nombre propio. El nombre propio y una imagen bailando como humo, y una risa, en este caso, descarada, juvenil y siempre tuya. A veces me parece triste escuchar, aun ahora, su eco retumbando en mi memoria, eterna resonancia. ¿Y por qué ese sonido y no otro, caprichosa? Y en seco me detengo. Ese fantasma es mi reflejo y el suyo es otra cosa. Difícil separar. Nada es lo que era, salvo dentro, muy dentro.


(Primer amor. Etcétera. Aprendiendo a dejar atrás.)

No hay comentarios.: