Quizás mires con más atención, aunque nada garantice. Para una brújula sin norte cualquier dirección es buena, mientras sea clara, claro, aunque poco permanezca. Pasa que quiero que me mires, verás, me gusta ser mirada y tú, bueno, tú...
Y en un descuido se asoma tímido y trémulo el reflejo de mi alma en este mar de letras. Cuna de mi descanso y mi tortura: literatura.
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