¿Envidiarte, querida? Amante de tierra firme, manojo de historias, de recuerdos fétidos, de pesadillas, como todos, ¿envidiarte? ¿Envidiarte doncella en peligro esperando caballero, ataúd de ilusiones, desesperada soga? No lo creo.
Y en un descuido se asoma tímido y trémulo el reflejo de mi alma en este mar de letras. Cuna de mi descanso y mi tortura: literatura.
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