Porque al menos una vez en la vida debemos de darnos el lujo de vivir la vida como se vive una novela: con derecho a los puntos suspensivos, a los giros inesperados, a las ideologías y a dignos dolores de cabeza. Porque la vida peligra siempre en su mediocre equilibrio y vamos saltando entre puntos medios como si fueran rocas. Si he de cazar un sueño es el momento, ahora que la traición todavía refiere y que la fidelidad es ante todo a mis convicciones.
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