jueves, enero 24, 2008

Triste historia

Un perro tira con la cola un jarrón y lo rompe. Su ama, una vieja provinciana, bufa un poco y se lo reprocha con un cansancio gastado y sin mucha convicción. Después lo olvida. A nadie le sorprende ese hecho y a nadie le cambia la vida. Y yo pienso: ¡Vaya mundo! Ya nada es digno de palabras. Me pregunto si en un futuro se borrará del diccionario la palabra perro.

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