domingo, enero 06, 2008

Ganas de iluminar

Sobre tu iris una musa, sobre mi palma una taza de café; un manantial, dos lágrimas que callan, tres puntos suspensivos aunque todavía virgen la piel. Podemos contar lo que no tocamos, guardar cofres de arena, inventar historias y esculpir estatuillas de cristal. Podemos mientras la vida, mientras la espera. Porque al final, en la tempestad, sólo el tejido etéreo nos protege, sólo las ganas de iluminar.

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