domingo, noviembre 04, 2007

Nos lamentamos

Porque en el principio Dios dijo: "habrá un final" y los mares bravos refutaron, y el sol se escondió y el luto fue inevitable, por los siglos de los siglos, intermitentemente, hasta la destrucción. Porque en la palabra se consolidó el universo, porque la existencia se afirmó y hubo que darle nombre y condenarla para siempre a ser y a decirse ser. Porque Adán y Eva se tomaron de las manos y en ese pacto silencioso Eva tuvo ganas de llorar, y esas ganas de llorar eran las mismas ganas de matar de Lilith cuando, sin reflexionar, cabalgó en mil demonios y experimentó el gozoso éxtasis de la traición. Porque la música nos recorrió la espina dorsal como un calambre, porque confiamos en castillos de arena, porque lo que más es es lo que menos está o al revés. Porque aquellos ojos blandos merecían seguir cubiertos por su manto y aquel mundo merecía sólo ser y no significar, porque llegó el hombre a destruirlo todo, porque señaló al cielo y desquebrajó el universo, por eso, y por todo lo demás, nos lamentamos.

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