No niegues
las llagas de tu carne
la sal de tus entrañas
la sangre seca por la cal
no la niegues.
No te niegues en la muerte
no en la pudrición
no niegues el reflejo
en el agua turbia
en el cielo hastiado
de identidad.
Somos herida abierta
somos eco cansado
somos repetición
un silencio castrado
un grifo abierto de sed
seco de agua
y nos dolemos.
1 comentario:
Algo así como un plagio de Benedetti...
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