Él la espera, sentado en la banqueta, fumando un cigarrillo. Ya la ama, la ama y la espera aunque siempre con cierta expectativa irresuelta, pues ella es como agua que de entre los dedos se le escapa. ¿Quién-es-ella?, piensa.
Ella lo espera, cuando lo mira y no lo mira lo espera, lo espera sobretodo mirando a la ventana. Ella sabe quien es él, pero no es a él a quien espera, sino quizás, a alguien, sentando en la banqueta, fumando un cigarrillo mientras la espera.
Ella lo espera, cuando lo mira y no lo mira lo espera, lo espera sobretodo mirando a la ventana. Ella sabe quien es él, pero no es a él a quien espera, sino quizás, a alguien, sentando en la banqueta, fumando un cigarrillo mientras la espera.
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