Crecer conlleva pérdidas sin consuelo. Carencias que sólo admiten remedios imaginarios, como la literatura. Juan Villoro.
Poco hay de voluntad en estas letras que se tejen y destejen jugando a rescatarse, en este único último recurso antes de la muerte. Escucho música muy alto para no pensar, lloro pero en silencio, me tienta mi debilidad, me llama a buscarte pero no te busco, sólo tiemblo y sólo espero encontrarte en el camino por casualidad.
Me odio a mí misma por no saber cómo caer, por vivir suspendida entre los aires, sin caer ni levantarme, sin entrar ni salir; odio ser yo y no yo y compartir además mi esquizofrenia, contigo, y exigirte que la entiendas y exigirte que me ames y que no, que me mates pero no.
Porque a mujeres como yo no las conoces; las contraes. Como los matrimonios y las enfermedades y las deudas. Y lo siento tanto, porque yo también me contraje hace tiempo y no hay salida, creeme, no hay salida.
Me odio a mí misma por no saber cómo caer, por vivir suspendida entre los aires, sin caer ni levantarme, sin entrar ni salir; odio ser yo y no yo y compartir además mi esquizofrenia, contigo, y exigirte que la entiendas y exigirte que me ames y que no, que me mates pero no.
Porque a mujeres como yo no las conoces; las contraes. Como los matrimonios y las enfermedades y las deudas. Y lo siento tanto, porque yo también me contraje hace tiempo y no hay salida, creeme, no hay salida.
1 comentario:
Además sí creo en esa cita del Diablo Guardían:
"A mujeres como yo no las conoces; las contraes. Como los matrimonios y las enfermedades y las deudas."
Para bien o para mal.
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