Y en un descuido se asoma tímido y trémulo el reflejo de mi alma en este mar de letras. Cuna de mi descanso y mi tortura: literatura.
Mira tú. Yo ya decía... Sí: me gusta el tacto. El tacto precisa la carne. El amor, si no es carne, no sé qué es. Y a mí me gusta el amor. Y además creo que hay razones teológicas para sostenerlo: el Amor tomó carne. Eso no es poca cosa.
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Mira tú. Yo ya decía... Sí: me gusta el tacto. El tacto precisa la carne. El amor, si no es carne, no sé qué es. Y a mí me gusta el amor.
Y además creo que hay razones teológicas para sostenerlo: el Amor tomó carne. Eso no es poca cosa.
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