Espero y no

Y aun espero los pasos
que de lejos me rescaten
que me saquen de las fauces
de la muerte
y de la melancolía.
Aun espero las manos
que me tomen por el vientre
que me cierren los párpados
de sal y brea.
Aun espero,
pero también no espero,
porque en el fondo sé
que esos pasos y esas manos
son también la muerte
también la melancolía
la sal, la brea.
Y si vienen a amarme
a rescatarme
y me toman por el vientre
y me cierran los párpados
sé que seguiré esperando
los pasos y las manos
que me salven de esa muerte
y de esa melancolía.