A veces todavía
(y lo siento por el ruido)
se asoma la tristeza
como un pestañeo
se asoma
en forma de reproche o de silencio
de sábana de hospital.
A veces se queda aquí
tendida
cínica
como un trapo o una puta
como un olvido inesperado
que deja
un mal sabor de boca.
A veces el descanso de las letras
y los hombres
no basta,
no sabe,
y hace falta regresar
a reintegrarse
a tomar aire y esperar el momento
de dar el giro nuevamente
y olvidarse.
A veces todavía
a veces
(y lo siento por el ruido).
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