viernes, junio 08, 2007

Agua

Pasan las horas y corre el agua, cristalina, empapando al silencio con sus murmullos tiernos; corre, se resbala, lúdica y sencilla, desnuda y risueña; agua, agua que se abre y se decanta, agua que baila. Perversa, perversa agua, perversa inocencia, perversa la niña que ríe sin pedir nada a cambio, perversa; perverso el riachuelo que se quiebra, frágil y ligero, frente a la dura piedra; y sus aguas, femeninas y alegres, ante todo perversas: infrenables se embravecen frente a las manos que la detienen, y seductoras se van cantando, paso a paso, dejando sólo un buen sabor de boca.

1 comentario:

Héctor Ojeda dijo...

El agua calma el alma, refresca la imaginación y lava la imaginación. Ojalá sea perversa solo en los escritos, porque en su escencia es pura y cristalina.

Un abrazo Mariana y excelente fin de semana por allá en primavera.

Héctor.