Un dolor compartido se despliega en silencio de garganta a garganta; una ridícula empatía, casi obstinada, va tejiendo un universo utópico de unión, un sólo universo para todos, un sólo universo y sin embargo, varias lenguas distintas e irreconciliables. La soledad inquebrantable se mantiene firme ante la lucha ingenua, ante la fusión de agonías y el roce de manos. No hay remedio, ante el intento fallido sólo queda la intimidad quebrada, violada por el tiempo y la distancia, acechada por el miedo y la individualidad.
Y nosotros, solos.
El dolor de la vida es insoportable para cargarlo solo, dice uno con los ojos enjugados de lágrimas, mirando al otro con esperanza. Yo sólo sé que me duele y mirar a la herida no la curará, dice el otro con los párpados contraídos, con el mundo cerrado y desdoblado en su interior. Yo no digo nada por temor a que mi voz trémula torne patética a la escena, o mis palabras burdas la arruinen con el sinsentido propio del dolor.
No hay mayor tormento que el absurdo; la insoportable caída libre, infinita y sin apoyos; tan incomprensible para el mundo, desgarrante, tan falta de colchón. Por eso callamos. No vaya a ser que el abismo entre nosotros se magnifique con el salto, no vaya a ser que nuestras palabras se desvanezcan en el aire y nos comprobemos solos. Así que solos nos sepultamos para no correr el riesgo. Siempre seremos otros y no hay remedio. Y que el dolor compartido se quede como epitafio. Y que el universo tejido sirva sólo como consuelo en su ineficacia.
Decirlo no llevará a nada, no mientras duela. Y sin embargo, permanecemos. Somos muy ingenuos para dejarlo de intentar.
*Dedicado a Diego Dávalos, queridísimo amigo mío.
3 comentarios:
-¡Qué lástima!- Diría León Felipe...
Porque en el fondo, compartir ese dolor no acaba con el problema, pero sí ayuda con el dolor... y en una de esas, resulta que el otro puede, si se le deja, él quiere, y le corresponde, ayudar a aliviar el dolor, solucionando la concausa.
La vida -creo que ya lo dije por ahí- es un camino sin camino; es estar en un bosque sin senderos trazados, pero aún así, sabiendo que hay que llegar a algún lado.
El dolor, la angustia... son llegar a un claro, pero en vez de que la luz del sol ilumine nuestro camino, nos demuestra que no había un solo sendero; que lo que creíamos que era un camino cerrado y recto es una de mil posibles escarpadas rutas a través de un bosque pedregoso, y que tal vez a la meta se llega por otro lado...
Eso nos preocupa, nos duele, nos llena de ansiedad, nos turba el espíritu, nos roba la paz, nos pone en duda...
Pero luego, viene la toma de una decisión, que siempre inicia con "no sé si éste es el camino correcto, pero lo quiero tomar porque..."
Y como resultado, viene siempre otro rato de camino y una nueva decisión...
Hasta que al final, llegamos a donde termina el bosque, al hogar, a donde decidimos descansar los pies de una vez y para siempre, y vemos atrás desde la ventana... y vemos que, aunque a veces estuvimos dando vueltas en círculos, al final llegamos a donde teníamos que llegar.
Sea como sea, yo prefiero emprender ese camino acompañado, prefiero tener con quiénes compartir mi dolor, para que cuando lleguemos a casa, celebremos juntos. Y ni siquiera sé si ellos decidirán caminar a mi lado todo el tiempo, pero me basta con saber que ahora están conmigo; que ahora compartimos espacio, tiempo, alegría... y dolor. Dolor que es parte del proceso, y que hace que los que deban estar se queden, y los que no, se vayan.
No puedo compartir, aunque trate, la opinión que siento que se sugiere en este post, aunque la entiendo como una explosión de sentimiento. Porque, al estar viendo el claro, nos gana la sensación de desesperanza.
Pero creo sinceramente que del dolor -a la larga,- se crece, y además se descubre a los amigos.
Dav, donde quiera que estés... no me toca ayudarte en tu problema, pero te mando un caluroso abrazo, cuídate mucho y no te dejes abatir. Si se descansa en el claro, es sólo para recobrar el aliento y tomar la mejor decisión... nunca para quedarse quieto. Y si sí necesitas/quieres mi ayuda, sólo tírame unas líneas. enzo.echeverria@gmail.com
A Y N I L...
Tan solo quiero hcerte saber que fuiste, sos y serás muy, MUY querida.
Porque eres una persona hermosa y merece eso y mucho mas.
Un beso
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