Lejos

He atado mis pies a tus tierras frías, he venido a encontrarte más lejos, a mostrarme indefensa frente a un sueño abortado; he venido a perder, y por eso me entrego ahora mismo en un verso.
¡Aniquílame! Exímeme de tu lejanía, de la pesadilla diaria que me hace revolcarme entre sábanas que no son mías. Mírame un momento, deja de huir a mis pupilas escarchadas que te imploran.
Me hundo, me pierdo en un anonimato ruin que me roba la voz y las ganas. Se marchita mi alma en esta profunda soledad, en la agonía desconsiderada irreporchable, en el llanto unísono que se escapa entre las calles y se pierde con prisa en el hálito vivo de una ciudad ajena.
Se agota mi comprensión, quiero ser insensata, no quiero tener que apagar mis gritos con la almohada, no quiero cedar mi furia, ni aniquilar mi deseo, ni abandonar mi cuerpo agotado de luchar entre sueños, no quiero...
Soy terca, lo sé, ¿pero es que no ves que es lo único que me queda?

(Aunque si esto es amor...que muera...)