miércoles, junio 22, 2005

Concepción

Y de pronto me descubro sueño de un ángel, invento de un loco, y me encojo temerosa en el oscuro nicho que me fue asignado.
Adormecida por un ineludible letargo, poseída por la comodidad de la intrascendencia, me abrigo tímida en el calor del vientre creador.
Es cada parpadeo insignificante, un instante de sutil lucidez. Es cada látido una muerte súbita, es el tiempo palpitante que amenaza con el doloroso despertar.
Feto de mis pensamientos, lucho incansablemente contra mi inexistencia, me muevo, pateo, me pienso a mi misma, y me guardo en mi pecho, con fuerza, en un alma sin tiempo.
Me alimento enajenada, del flujo eterno de la vida externa, fuente que me nutre y que me envicia y poco a poco tomo cuerpo, tomo vida.
Y seducida de pronto por el vértigo, por la profundidad que se abre ante mis ojos, crece en mi el deseo de caer en la nada, de despertar y razgar la membrana que nos divide, de acariciar el invierno y pertenecer de nuevo al martirio de la vida, renovada...
_________________________________________________________
Concepto de vértigo de Milan Kundera en La Insoportable Levedad del Ser

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Uno de mis libros favoritos, en realidad ando buscando un lugar totalmente polarizado para meterme, porque el invierno me acaricia y no soporto el martirio de la vida, la vida no me soporta.

elnúmida dijo...

Un día me descubrí demasiado perfecto para este mundo y decidí quitarme la vida, decidí no querer mezclarme con tanta pudredumbre, decidí que mis pies eran demasiado bellos para pisar esta tierra de lodo y sangre, decidí que mi mente era demasiado brillante para amanecer un día más al lado de millones de idiotas. Como verás no todos nos suicidamos por dolor y angustia, algunos buscamos la muerte perfecta y ella me espera en esa próxima esquina.

Unknown dijo...

Invaluable lectura que a veces es bueno recordar.

Saludos.