Primero era la garganta. No era tan malo, a algunos les duele el dedo del pie, o el alma, a otros la garganta. Era sólo un sutil ardor, como cuando tienes ganas de llorar. Pero yo no lloraba, a mi sólo me dolía la garganta, y en la madrugada, sentía tierra en vez de saliva y tosía. De ahí fue el insomnio. No se puede dormir cuando se tose. Son de esas decisiones esenciales de la vida. O duermes o toses. Y yo tosía, pues sentía tierra en la garganta en vez de saliva.
Después vino lo peor, la sangre. Todos piensan en muerte cuando escuchan sangre, o al menos yo lo pienso así. Pero si lo analizas un poco más, la sangre es mas como la vida. Los muertos sólo sangran cuando están vivos. Tuve un novio alguna vez que decía sangre en vez de amor. Pobrecillo, es como cuando dices no en vez de sí, pero querías decir sí, y cuando menos vez ya te quedaste sin postre. Me gustan los postres. Pero el punto es que empezó a fluir la sangre.
Primero por la nariz, luego por la boca, luego ya no importaba de donde saliera, estaba ya cubierta de sangre. Sentí sangre, olí sangre, soñé sangre, pero sobretodo, bebí sangre. Mala experiencia. Aquí es cuando entiendes a los vampiros, tan incomprendidos, tan infelices. La sangre es para el corazón. O al menos así lo cree mi estómago, pues al probar sangre, empezó a quejarse. ¡Qué quejido más inhumano! Es cierto que por sus paredes escurría la sangre, pero por las mías también y no por eso me quejo así, y eso que son blancas.
Acto seguido, el llanto. Ese que hace que te arda la garganta, aunque a mi ya me dolía desde el principio. Me molesta llorar. Llorar es tonto. Más por algo como es la tierra o como la sangre. Pero yo lloraba.
Mi perro se acercó, tomó su hueso y se fue. Aquellas criaturas tiernas, tus mejores amigos los perros, te brindan su compañía a cambio de un hueso, a menos de que te cambien por el hueso. Pero yo no soy celosa. Mucho menos por huesos.
Me quedé sola y me puse escribir. Me gusta escribir, es algo como el dolor de garganta, o el insomnio, o la sangre. Pero más que nada es algo como el llanto: tonto. Es tonto porque finalmente el malestar sigue, porque un perro te cambia por un hueso, ¿pero escribir? La literatura te ignora sin necesidad de un hueso (la pobre ni cara tiene), y te deja tirada ahí, con tu dolor de garganta, aunque el dolor en sí, no era tan malo como el resto...
2 comentarios:
Ayer al acostarme sentì una pekeña molestia en mi garganta, talvez la misma sensación ke tuviste tú. nadamas ke en mi caso no hubo sangre... ni la sensación de tierra, y trate de explicarme ese pekeño agovio ke me tenia despierto.
Bueno, talvez fue causado porke en la tarde estuve patinando, (cosa ke me encanta), y despues estuve jugando futbol. ¿ke tienen de extraordinario esas dos actividades?, pues en realidad nada.
Talvez ese pekeño dolor fue causado por la gran cantidad de aire ke corria por la tarde.
Pero... por ke me desperte hoy con ese mismo dolor, talvez en la noche tuve frio, talvez... pero... ¿eres catolica?, si lo eres talvez entiendas ese 'dolor' ke tengo, ¿pero???, es una buena razon para tener un dolor en la garganta, es muy pekeño ese dolor ke siento para compararlo con lo ocurrido no crees. Pero sentí ke no era la unica razon para sentir 'dolor', y pense ke talvez era por ke hoy es el cabo de año de una señora a la ke yo keria mucho. Pero, ¿por ke solo un dolor de garganta?, es un tormento ke ...
-nerk-
"A algunos les duele el dedo del pie, o el alma, a otros la garganta..."
Publicar un comentario