Me unifico con la noche. Con olor a tierra o a olvido, el silencio de la inexistencia duerme al mundo. Los perros ladran, los grillos cantan, y el tiempo pasa como si con tan sólo pasar ya valiera la pena, y la vale…
Es esta la única luz. Un faro rodeado por pequeños moscos que buscan un poco de calor. No se necesita más. Podría fundirse el foco y quedaría la luna, podría fundirse la luna y seguiría soñando.
Esto es armonía. Lejos del mundo soy la noche. Se mece la hamaca, descansa mi alma. Desearía permanecer aquí eternamente; aquí donde mi esencia es infinita y mi paz perpetua, aquí donde ser yo resulta acogedor.
Quisiera que estuvieras aquí para hacer tuya también la noche, seducirte una brisa de ternura e inocencia, robarte la prisa y amarte hasta la madrugada; sin tiempo, ni miedo, ni ciudad. Quisiera que fueras conmigo tierra, conmigo vida. Y bajo esta magia que no busco entender, ser plenamente noche.
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