viernes, marzo 25, 2005

¡Qué doloroso es ser yo!

¡Qué doloroso es ser yo! Sentir de repente a mis demonios rascándome las entrañas, sentir de repente un grito ardiente suspendido en mi garganta, o en el pecho una soledad gélida que se siente un poco como muerte y un poco como el castigo de existir.
¡Qué doloroso es ser yo! Encontrar fantasmas por debajo de las sábanas y distinguir el sabor a veneno aún en la fruta más dulce. Cargar al mundo innecesariamente, ser esclava de mis expectativas.
¡Qué doloroso es! Pero finalmente sólo a través de mi puedo existir, sentir y amar. Esta soy yo, y si me ha de doler que duela, y si me ha de matar que mate, no puedo ser sin ser yo. Si esto es la vida, la tomo, con sus demonios y sus fantasmas.
¡Qué doloroso, qué placentero es, ser yo!

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