¿A dónde has ido, soledad? ¿Por qué me has abandonado? Era tu vida lo que llenaba la mía; tu piel, cuna de mi poesía. Te amaba en silencio en las tardes vacías, y tú aquí seguías. Quizás por diversión, quizás por fidelidad, ¿Por qué te has ido entonces, mi querida soledad? ¿Qué hago ahora sin tu desolación, sin tu esperanza? Amada mía, me has robado el dolor, dejándome vacía, ¿Qué debo de sentir ahora? ¿Amor? Sin ti nada mejora, sólo se vuelve todo un gran disfraz, ¿Quién está detrás de la sábana? Espero que seas tú.
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